Amalín de Hazbún cose con ‘aguja de oro’
La diseñadora cumplió 40 años de trabajar por engrandecer la moda colombiana.
Amalín de Hazbún no necesita una tienda de moda en un lujoso centro comercial para demostrar por qué es una de las mejores diseñadoras de Colombia. Su taller en su casa, en el que abundan las telas, hilos, botones, figurines, plumajes, piedras y por supuesto, las agujas es el espacio donde la magina nace y las mujeres pasan de ser una clienta que va por un atuendo a transformarse en una amiga que renació gracias a la imaginación de la sucreña.
Desde hace 40 años, Amalín lleva el título de ‘La aguja de oro’ de Colombia, nombre que obtuvo luego de que convirtió en 1971 el cuerpo de la Señorita Atlántico de ese entonces, María Luisa Lignarolo en un marco en el que reposó un vestido halter que causó gran impacto por las plumas que llevaba.
Cada vez que le hacen la pregunta de cómo confeccionó el famoso traje, de la mujer nace esa contagiosa risa caribeña y con una especie de mirada retadora siempre reitera. “Ese es un secreto que me llevaré a la tumba. Solo yo sé cómo le pegué las plumas a ese halter”, comentó.
Gracias a ese diseño, la agenda de la diceñadora aumentó y todas las reinas de belleza querían ser vestidas por ella. Además se sumó una gran carrera confeccionando los vestidos de las soberanas del Carnaval de Barranquilla, llegando a vestir a más de 20 anfitrionas de la fiesta declarada por la Unesco como Patrimonio oral e inmaterial de la humanidad.
Amalín no solo es de pasarelas y fiestas carnavaleras
Por los pasillos del programa de Diseño de Modas y Alta Costura de la Universidad Autónoma desfiló el talento de Amalín. Lo que más recuerda la de sus días en la docencia es el trabajo personalizado que se realizaba con los estudiantes y como la innovación y la pasión eran los principales ingredientes de la jornada. “Me gustaba mucho hablar con mis alumnos, que siempre me propusieran algo nuevo y que aprovecharan este paraíso llamado Costa Caribe en el que vivimos para dejar volar su imaginación y hacer prendas hermosas y de excelente calidad”, dijo para Zona Cero.
Después de 20 años de haber abandonado la docencia, Amalín se ganó su espacio en la alma mater con la cátedra ‘Amalín de Házbun’, la cual es dictada por su hija Judy, quien a su vez es la Asesora de Diseño del programa.
“Lo importante es que los que se quieren dedicar a esto lo sientan en su corazón lo vivan. Creo que logré trasmitírselo a mi hija y a todos mis estudiantes”, concluyó.
Una dama de casa
Amalín es una mujer que nunca van a encontrar desarreglada. Le gusta verse bien todo el tiempo y reflejar lo que intenta dar a conocer cuando viste a una mujer. “Ante todo soy mujer y me gusta verme bien. Yo como sano pero me doy mis gustiscos costeños pero con moderación porque hay que cuidar la salud”, señaló Amalín.
La nacida en Sucre, pero con corazón barranquillero, pasa todo el tiempo en su taller, ubicado en su residencia al norte de la ciudad, y lo considera su recinto. “Aquí es donde me sumerjo y se me pasan las horas. No me imagino haciendo otra cosa porque siempre me gustó la costura”, finalizó.
Después de superar la pérdida de su hija Mary Luz (cuando tenía 15 años le diagnosticaron leucemia y falleció), un cáncer de seno y varias adversidades que le puso la vida en su camino, la madre de Amalín, Carlos y Judy Hazbún se siente más creativa que nunca y esperar seguir diseñando por muchos años más.